Impacto COVID-19 – El Salvador

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NSWP

La pandemia de COVID-19 no es una crisis como cualquier otra. El virus, el cual se ha expandido por todo el mundo en pocos meses, ha afectado a la vida de millones de personas y ha cambiado profundamente la manera en la que vivimos y trabajamos. Para las personas que ejercen el trabajo sexual, esta mala situación ha empeorado aún más con la restricción de acceso a fondos de emergencia y de cuidados de salud y con el aumento de las redadas, vigilancias y estigma.

Asociación de Mujeres Trabajadoras Sexuales LIQUIDAMBAR es una organización que aboga por el acceso universal a servicios de salud y que denuncia la violencia en contra de las personas que ejercen el trabajo sexual. Basada en El Salvador, han informado sobre sus experiencias de la pandemia de COVID-19 y cómo está afectado a las personas que ejercen el trabajo sexual en nuestra Encuesta de Impacto de COVID-19.

En El Salvador, las personas que ejercen el trabajo sexual han sido “afectadas al 100%”, con una disminución del acceso a preservativos y lubricantes, servicios de reducción de daños, tratamiento de VIH y tratamiento y pruebas de ITS. Las personas que ejercen el trabajo sexual han sido ignoradas por el gobierno con los paquetes de apoyo y se enfrentan a un futuro incierto.

 “Somos invisibles. No tenemos acceso a servicios de salud a no ser que sea de COVID-19. En estos momentos es cuando nos hacen más redadas. No nos mencionan ni tenemos apoyo del gobierno. Nadie nos tiene en cuenta”.

LIQUIDAMBAR ha reportado la situación de precariedad en la que se encuentran muchas personas que ejercen el trabajo sexual ya que no pueden trabajar ni tienen ningún tipo de apoyo.

“Hay una prohibición de no salir. No dejan que las mujeres ejerzan el trabajo sexual pero no las ayudan con comida o dinero para que cubran sus gastos”.

Con tantas personas que ejercen el trabajo sexual que se encuentran en esta difícil situación, hay mucha incertidumbre sobre su capacidad de ganar dinero para cubrir básicos como comida o vivienda. LIQUIDAMBA ha informado que, muchas personas que ejercen el trabajo sexual están siendo desahuciadas de sus casas en vez de estar recibiendo apoyo con acceso a hogares de emergencia.

“Nos están echando de nuestras casas de alquiler, las cuales tienen unas condiciones de por sí precarias, en vez de ofrecernos hogares de emergencia”.

El Salvador ha sido ampliamente criticado por su respuesta a la crisis. Para aplanar la curva del virus, el presidente Bukele mandó la cuarentena obligatoria e hizo declaraciones que animaban al uso de la fuerza excesiva en contra de todos aquellos que rompiesen las restricciones. En los tres primeros días del estado de alarma, el gobierno detuvo a 607 personas por violar la cuarentena, tratándolos como criminales y encarcelándolos en celdas de la policía. 

LIQUIDAMBAR nos ha informado que estas medidas han resultado en violencia y asaltos sexuales, ya que la policía y los militares abusan de su posición de poder.

COVID-19 no es un problema que se marchará pronto, y el impacto de esta pandemia estará presente por algún tiempo. LIQUIDAMBAR remarcó el impacto a largo plazo de esta crisis y de la necesidad del apoyo constante a las personas que ejercen el trabajo sexual de la comunidad.

“Nos discriminan. [Necesitamos] apoyo con residencias, económico y con comida básica decente. O nos preparamos o moriremos en función de nuestra realidad. Este virus viene a quedarse y nada será como antes”.

Puedes leer más sobre el impacto de COVID-19 sobre las personas que ejercen el trabajo sexual en el mundo en nuestros artículos de Bangladesh, Macedonia del Norte, Senegal y los Estados Unidos, o mantente informado con noticias y recursos en nuestra página dedicada a COVID-19.

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