Las personas que ejercen el trabajo sexual en todo el mundo enfrentan una amplia gama de barreras para acceder a la justicia, tanto como víctimas de delitos como cuando se les acusa de cometerlos. Ya que el trabajo sexual es ampliamente criminalizado, a la mayoría de personas que ejercen el trabajo sexual se les niega acceso a los derechos y beneficios que se les otorga a otros trabajadores bajo las leyes laborales y enfrentan los riesgos de la criminalización, detención, deportación y sanción jurídica.
Las personas que ejercen el trabajo sexual sufren discriminación en todas las etapas del sistema de justicia. Los agentes de policía desestiman sus denuncias y estas personas reciben sentencias injustas por parte de los jueces en el sistema judicial. Los crímenes contra quienes ejercen el trabajo sexual no se toman tan en serio como los crímenes contra otras personas y sus testimonios tienen menos peso que los de sus perpetradores.
A menudo, el derecho de las personas que ejercen el trabajo sexual a la protección de la ley y a librarse de detenciones arbitrarias es violentado sistemáticamente por la policía y el sistema judicial. Las injusticias que ellas enfrentan constituyen violaciones severas a sus derechos humanos que las ponen en riesgo de violencia a la vez que las excluye de la protección equitativa bajo la ley.
Este documento informativo examina los desafíos principales que enfrentan las personas que ejercen el trabajo sexual, identifica las violaciones a sus derechos que sufren en busca de la justicia y comparte recomendaciones para solventar estos problemas y asegurar su salud, seguridad y bienestar.
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